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No se entiende para qué Milei quiso ser presidente: si no cambia será el jefe de una secta como la de CFK

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El gobierno da señales confusas, pareciera que no tiene idea de para dónde ir. Se le desató la tormenta perfecta. El tema es que esta tormenta está generada por cosas que todos le avisamos. No se entiende para qué Milei quiso ser presidente. Entendería más si hubiese querido ser ministro de Economía, porque es el único tema que parece que le interesa. Ya cuando fue diputado fue completamente intrascendente. Fue candidato a presidente por vanidad y fogoneado por Massa para vaciar de votos a Juntos por el Cambio. Una vez logrado, delegó el armado del gobierno en personas mediocres. Lo mismo pasó con el armado de listas. El espectáculo penoso de Lilia Lemoine y Marcela Pagano muestra que la única condición para ir en las listas era la indigencia intelectual de los candidatos. Es un gobierno lleno de mediocres y completamente infectado de operaciones, grabaciones y espionaje a los propios. En lugar de combatir la corrupción, usan los chanchullos para jugar a la interna. No hay nada peor que un mediocre con poder. El mediocre se cree vivo y piensa que todos los que se acercan son confiables; por eso están intoxicados de delincuentes políticos y de buscavidas que buscan plata fácil y son capaces de traicionar a la mamá por unos pesos. Toda esa mediocridad va explotando en capítulos y el gobierno va quedando desnudo en su ineficacia y sumido en la desconfianza. No se puede ganar la copa del mundo con jugadores mediocres. La Argentina es muy difícil de gobernar y tiene al frente a gente que no tiene idea y que lo único que le importa es cambiar el auto. La economía, que se supone es la materia que manejan bien, está dando señales preocupantes. El que puede compra dólares, sube el riesgo país y la tasa de interés está en niveles astronómicos. Imposible invertir en la Argentina y, cuando no hay inversión, la economía se estanca. El logro de bajar la inflación empieza a olvidarse porque el dinero no alcanza y Argentina tiene precios más caros que muchos países desarrollados.

Hay una fantasía en las mediocres cabezas de los estrategas de LLA de que todo lo que está mal se arreglará ganando las elecciones. Eso no existe. Pueden ganar o perder contra una oposición desperdigada y desprestigiada y con el PRO haciendo alianza con una murga que da miedo. Ganar una elección de medio término no garantiza nada. Tener unos diputados más o unos senadores más no significa nada si sigue habiendo un gobierno que está más preocupado por los escándalos de corrupción y por las traiciones internas que por gobernar. Milei tuvo una oportunidad de oro cuando entró al balotaje después de salir segundo detrás de Massa y conseguir el apoyo de Macri. Ahora muchos se olvidan de que Milei salió segundo en la primera vuelta y que el apoyo de Macri fue decisivo. Era el momento de armar un gobierno de alto nivel técnico y contar con el apoyo del electorado republicano. La paranoia es una característica de los mediocores y el gobierno se encerró en sí mismo y llenó la administración de gente con poco talento y moral dudosa. Que el poder en Argentina sea el triángulo de Milei, su hermana y Santiago Caputo es un mal chiste. En esa mediocridad se cuelan los Pareja, Menem, Scioli, Werthein y todos los kirchneristas y massistas que se les metieron por todos lados. El mediocre soberbio es una de las peores condiciones políticas, y eso es el mileísmo. Por eso, ganar o perder las elecciones no importa si no cambian la matriz burra y corrupta del gobierno. Cambiar para que nada cambie es el escenario más posible para unos paranoicos como Milei y su hermana.

Argentina ya no tiene muchas oportunidades. Si la elección es el kirchnerismo contra Milei y su hermana, el país seguirá un camino mediocre. El gobierno tiene que pasar la adolescencia y comportarse como un adulto. Milei ya no despierta entusiasmo. Se quedó solo con los fanáticos. O cambia o será el jefe de una secta. Como terminó CFK.

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Las 10 cosas que podés hacer hoy para ser más feliz, según un experto de Harvard

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Arthur Brooks, científico social e investigador de la felicidad en la Universidad de Harvard, asegura que el bienestar no es una cuestión de suerte y que cualquier persona puede tomar medidas concretas para ser más feliz. Su mensaje es claro: “No tenés que dejar tu felicidad librada al azar”.

Brooks, cuyo curso online sobre gestión de la felicidad en Harvard cuenta con más de 180.000 inscriptos, compiló las prácticas más efectivas y factibles para lograrlo. Según supo Noticias Argentinas, estas 10 claves no son meras opiniones, sino que surgen de un estudio de 2020 que consultó a 18 de los mayores expertos en la ciencia de la felicidad para que clasificaran las mejores estrategias.

LAS 10 PRÁCTICAS PARA AUMENTAR LA FELICIDAD

Basado en la evidencia científica y el consenso de expertos, Brooks detalla las diez prácticas más recomendadas para empezar a aplicar hoy mismo:

1. Mantené la mente y el cuerpo activos.
2. Sé amable con los demás.
3. Gastá tu dinero en tus seres queridos.
4. Chequeá el estado de tu salud.
5. Unite a un club o grupo con intereses comunes.
6. Realizá actividad física de forma regular.
7. Pertenecé a una fe y practicala.
8. Salí a la naturaleza.
9. Construí vínculos con colegas fuera del trabajo.
10. Devolvé a la comunidad y sé generoso.

CÓMO INTEGRAR LA FELICIDAD A TU VIDA

El experto de Harvard admite que estas tácticas no están completamente conectadas y que la mejor manera de aumentar las posibilidades de ser más feliz es desarrollar una estrategia integrada.

Para lograrlo, recomienda tres pasos: primero, aprender sobre qué es la felicidad; segundo, construir una “higiene de la felicidad” saludable convirtiendo estas prácticas en hábitos; y tercero, compartir lo aprendido con otros para ayudarlos a hacer lo mismo.

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“Me llevó a la locura”: el empresario Fernando Farré responsabilizó a Guillermo Moreno por su brote asesino

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A una década de haber asesinado brutalmente a su esposa, Claudia Schaefer, de 66 puñaladas, el empresario Fernando Farré rompió el silencio desde el penal de Campana y sorprendió al responsabilizar al exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, por su brote asesino. En una entrevista con Fernando Soriano para Infobae, Farré afirmó que la pérdida de su trabajo a causa de las políticas de Moreno lo llevó a un estado de “locura” que culminó en la tragedia.

“Creo que todo comenzó en tiempos de Guillermo Moreno. Éramos una empresa que dependía de las importaciones. Nos trataban como criminales por importar legalmente perfumes. Matones gubernamentales armados. La empresa se derrumbaba, cerraron operaciones y me quedé sin trabajo”, relató Farré en sus declaraciones, vía WhatsApp, al periodista. Según supo Noticias Argentinas, el femicida vinculó directamente esta situación con el crimen: “Me enfermé y me vi perdiendo todo lo que tenía (…) no soporté la humillación y me despertó la ira”.

FARRÉ, ENTRE EL ARREPENTIMIENTO Y LA VICTIMIZACIÓN

Condenado a prisión perpetua, Fernando Farré, quien fuera un exitoso ejecutivo internacional, insiste en su versión de inimputabilidad, pese a que esta no fue probada en el juicio de 2017. “Si algo pudimos probar, es que yo no controlaba mis acciones”, argumenta, mientras en la misma conversación con Infobae, se muestra levemente arrepentido y confía en el “perdón” de Claudia Schaefer.

“Pienso en la libertad todos los días de mi vida. Pienso si algún día podremos contar la verdad y ayudar a que pare de morir gente. Si podremos exponer a quienes me traicionaron”, expresó Farré. Y añadió: “Pienso si podré llevarle una flor a Claudia, y pedirle perdón a ella y pedirle perdón a mis hijos. Yo sé que ella sabe lo que realmente pasó, y que nos vamos a abrazar en el cielo. Creo que todas las noches sueño con ella”.

Sin embargo, en su relato también emerge una clara victimización, donde atribuye a Schaefer el haberlo “humillado”, provocado “un pico de ansiedad” y lo describe a él mismo como “sobremedicado”. “Mis hijos, mi mujer, mi casa, me quitaron todo. La última humillación: mis libros, mis relojes, mis cuadros, hasta la ropa interior me quitaron. Eso y más medicación fueron la tormenta perfecta que me llevaron a la locura”, sostuvo.

La vida de Farré en prisión, a 10 años del brutal femicidio, se debate entre esta compleja mezcla de arrepentimiento y autojustificación, mientras sigue culpando a factores externos por el crimen que conmocionó a la sociedad.

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CAPILLA DEL MONTE CLIMA