LOCALES
Muerte digna: en 7 años, 105 personas se anotaron en el registro de voluntades anticipadas de Córdoba.
El documento permite dejar por escrito hasta dónde queremos ser intervenidos médicamente, en caso de padecer una enfermedad incurable. Hoy funciona en la nueva Maternidad provincial.
¿Qué pasaría si en un futuro (Dios o el Universo no lo permitan) me quedara postrada en una cama con una enfermedad incurable? ¿Hasta dónde quiero llegar con un tratamiento médico si mi padecimiento es crónico y ya no existe marcha atrás? ¿Cómo quiero que me despidan?
Estas situaciones son cosa de todos los días en las terapias intensivas públicas y privadas del país.
A diario ocurren accidentes, enfermedades y muertes que pueden tomarnos (o no) por sorpresa. Sin embargo no es común que nos pongamos a pensar en estas cuestiones de antemano. Hay culturas que sí lo hacen: los anglosajones, por ejemplo, desde hace años expresan en testamentos vitales cómo quieren pasar los últimos días de sus vidas.
Nuestro país cuenta desde 2014 con una ley de muerte digna. En Córdoba, desde que en 2016 fue reglamentada una ley similar, funciona un registro de voluntades anticipadas. Sin embargo, en 7 años, apenas 105 personas dejaron por escrito sus deseos.
El caso de J.S., el paciente internado en el hospital de Urgencias en estado vegetativo persistente, puso una vez más en evidencia la necesidad de hablar anticipadamente sobre la muerte. Su familia solicitó un amparo para que se le retire el soporte vital y el caso debe dirimirse ahora en la Justicia provincial.
A partir de junio de este año, por disposición de la ministra de Salud provincial Gabriela Barbás, el registro se trasladó al edificio de la nueva Maternidad provincial. Las voluntades anticipadas quedaron bajo la órbita del Área de Bioética del Ministerio de Salud, incorporando nuevas herramientas digitales y personas que facilitan el proceso de inscripción.
Hasta aquí valgan tres aclaraciones. La primera: cuando un paciente se encuentra en estado terminal, por lo general, estos dilemas se resuelven mediante una comunicación entre los profesionales de la salud y los familiares. “El problema surge cuando el equipo tratante o un allegado duda de esa voluntad. Entonces sirve tener un documento validado”, dijo Marchetti.
La segunda: las voluntades anticipadas sirven para pacientes con enfermedades incurables, en estado crónico desde hace tiempo o en la etapa final de sus vidas. “En algunas ocasiones, los profesionales de la salud son conscientes de que están haciendo de más. Que están frente a lo que se conoce como ‘obstinación terapéutica’. Que insisten en seguir con tratamientos que está demostrado que no ayudan. Eso genera mucho sufrimiento para las familias”, explicó la funcionaria.
La tercera: todo esto no quiere decir que la expresión verbal de una voluntad anticipada no sirva. Si lo dijimos de palabra también suma. Pero si es por escrito, mejor.
El registro de Córdoba deslinda a las personas del costo de tener que pagar por un escribano, ya que la firma se certifica en la misma oficina que funciona en la Maternidad.