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Adiós a Gene Hackman, actor prolífico, talentoso y desinteresado en ser una celebridad

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Gene Hackman, el prolífico actor ganador del Oscar, cuyos estudiados retratos abarcaban desde héroes renuentes hasta villanos conspiradores y lo convirtieron en uno de los intérpretes más respetados y honrados de la industria, fue encontrado muerto junto con su esposa en su casa. Tenía 95 años.

Hackman fue una presencia frecuente y versátil en la pantalla desde la década de 1960 hasta su retiro. Entre sus docenas de películas se incluyen las favoritas del Oscar Contacto en Francia y Los imperdonables, una actuación revelación en Bonnie & Clyde, una clásica farsa en El joven Frankenstein, un papel como el villano de cómic Lex Luthor en Superman y el personaje principal en Los excéntricos Tenenbaums de Wes Anderson de 2001.

Parecía capaz de interpretar cualquier papel, ya fuera el de un payaso estirado en Birdcage, un entrenador universitario que buscaba redención en la favorita sentimental Hoosiers o un experto en vigilancia secreta en The Conversation, el estreno de Francis Ford Coppola en la era de Watergate.

“Gene Hackman es un gran actor, inspirador y magnífico en su trabajo y complejidad”, dijo Coppola en Instagram. “Lamento su pérdida y celebro su existencia y contribución”, añadió.

Aunque modesto y pasado de moda, Hackman tenía un estatus especial dentro de Hollywood: heredero de Spencer Tracy como un hombre común, actor de actores, cascarrabias y celebridad renuente.

Encarnaba el espíritu de hacer su trabajo, hacerlo muy bien y dejar que los demás se preocuparan por su imagen. Más allá de las apariciones obligatorias en las ceremonias de premios, rara vez se lo veía en el circuito social y no ocultaba su desdén por el lado comercial del mundo del espectáculo.

“Los actores tienden a ser personas tímidas”, dijo a Film Comment en 1988.

“Tal vez haya un componente de hostilidad en esa timidez, y para llegar a un punto en el que no tratás a los demás de una manera hostil o enojada, elegís este medio para vos mismo… Entonces podés expresarte y obtener esta maravillosa respuesta”, redondeó en esa entrevista

Gene Hackman se jubiló temprano

Se jubiló temprano. Básicamente, terminó por elección con las películas a mediados de sus 70 años y floreció tarde. Hackman tenía 35 años cuando fue elegido para Bonnie & Clyde y más de 40 cuando ganó su primer Oscar por componer al detective rompe reglas Jimmy “Popeye” Doyle en Contacto en Francia, thriller de 1971 sobre la búsqueda de narcotraficantes de Manhattan.

Jackie Gleason, Steve McQueen y Peter Boyle estaban entre los actores considerados para Doyle. Hackman era una estrella menor en ese momento, aparentemente sin la personalidad extravagante que exigía el papel. El propio actor temía que no fuera el adecuado. Un par de semanas de patrullas nocturnas por Harlem en coches de policía le ayudaron a tranquilizarse.

Una de las primeras escenas de Contacto en Francia requería que Hackman abofeteara a un sospechoso. El actor se dio cuenta de que no había conseguido la intensidad que requería la escena y le pidió al director William Friedkin otra oportunidad. La escena se filmó al final del rodaje, momento en el que Hackman ya se había sumergido en el personaje descontrolado de Doyle. Friedkin recordaría que necesitó 37 tomas para que la escena saliera bien.

“Tuve que despertar en Gene una ira que estaba latente, según yo, dentro de él, de la que se sentía avergonzado y que realmente no quería volver a vivir”, dijo Friedkin a Los Angeles Review of Books en 2012.

La secuencia más famosa fue peligrosamente realista: una persecución en coche en la que el detective Doyle acelera bajo las vías elevadas del metro, su Pontiac marrón (conducido por un especialista) chirriando en zonas para las que los cineastas no habían recibido permiso. Cuando Doyle choca contra un Ford blanco, no era un especialista el que conducía el otro coche, sino un residente de la ciudad de Nueva York que no sabía que se estaba haciendo una película.

El imperdonable Gene Hackman

Hackman también se resistió al papel que le valió su segundo Oscar. Cuando Clint Eastwood le ofreció por primera vez el papel de Little Bill Daggett, el jefe corrupto de la ciudad en Los imperdonables, Hackman lo rechazó. Pero se dio cuenta de que Eastwood estaba planeando hacer un tipo diferente de western, una crítica, no una celebración de la violencia. La película le valió el Oscar al mejor actor de reparto de 1992.

“Para su crédito, y para mi alegría, él me convenció”, dijo Hackman sobre Eastwood durante una entrevista con el American Film Institute.

Hackman interpretó al supervillano Lex Luthor junto a Christopher Reeve en Superman del director Richard Donner en 1978, una película que estableció el prototipo de la película de superhéroes moderna. También protagonizó dos secuelas.

Familias disfuncionales, actores buenos

Eugene Allen Hackman nació en San Bernardino, California, y creció en Danville, Illinois, donde su padre trabajaba como periodista para Commercial-News. Sus padres se peleaban repetidamente, y su padre a menudo usaba sus puños contra Gene para descargar su ira. El niño encontró refugio en las salas de cine, identificándose con rebeldes de la pantalla como Errol Flynn y James Cagney como sus modelos a seguir.

Cuando Gene tenía 13 años, su padre se despidió con la mano y se fue, para nunca regresar. El abandono fue una herida duradera para Gene. Su madre se había vuelto alcohólica y estaba en constante conflicto con su madre, con quien vivía la destrozada familia (Gene tenía un hermano menor, el actor Richard Hackman). A los 16 años, “de repente sintió la necesidad de salir”. Mintiendo sobre su edad, se alistó en los Marines de Estados Unidos. A los 30 años, antes de que su carrera cinematográfica despegara, su madre murió en un incendio provocado por su propio cigarrillo.

“Las familias disfuncionales han engendrado muchos actores bastante buenos”, observó irónicamente durante una entrevista de 2001 con The New York Times.

Sus peleas y su resistencia a la autoridad llevaron a que lo degradaran a cabo tres veces. Su gusto por el mundo del espectáculo llegó cuando superó su miedo al micrófono y se convirtió en disc jockey y locutor de noticias en la estación de radio de su unidad.

Con un título de secundaria que obtuvo durante su tiempo como marine, Hackman se inscribió en periodismo en la Universidad de Illinois. Abandonó después de seis meses para estudiar locución de radio en Nueva York. Después de trabajar en estaciones de Florida y en su ciudad natal de Danville, regresó a Nueva York para estudiar pintura en la Art Students League. Hackman cambió de nuevo para entrar en un curso de interpretación en el Pasadena Playhouse.

De vuelta en Nueva York, encontró trabajo como portero y conductor de camión, entre otros trabajos, esperando una oportunidad como actor, sudando la gota gorda con compañeros prometedores como Robert Duvall y Dustin Hoffman. El trabajo de verano en un teatro de Long Island le llevó a papeles fuera de Broadway.

Hackman empezó a atraer la atención de los productores de Broadway y recibió buenas críticas en obras como Any Wednesday, con Sandy Dennis, y Poor Richard, con Alan Bates.

Durante una prueba en New Haven para otra obra, Hackman fue visto por el director de cine Robert Rossen, quien lo contrató para un breve papel en Lilith, protagonizada por Warren Beatty y Jean Seberg. Interpretó pequeños papeles en otras películas, incluida Hawaii, y protagonizó dramas televisivos de principios de los años 60 como The Defenders y Naked City.

Cuando Beatty empezó a trabajar en Bonnie & Clyde, que produjo y protagonizó, se acordó de Hackman y lo eligió para el papel del hermano extrovertido del ladrón de bancos Clyde Barrow. Pauline Kael, en The New Yorker, calificó el trabajo de Hackman como “una actuación hermosamente controlada, la mejor de la película”, y fue nominado a un Oscar como actor de reparto.

Hackman casi apareció en otra película inmortal de 1967, El graduado. Se suponía que interpretaría al marido cornudo de la señora Robinson (Anne Bancroft), pero el director Mike Nichols decidió que era demasiado joven y lo reemplazó por Murray Hamilton.

Dos años después, fue considerado para lo que se convertiría en uno de los papeles más famosos de la televisión, el patriarca Mike Brady de The Brady Bunch.

El productor Sherwood Schwartz quería que Hackman hiciera una audición, pero los ejecutivos de la cadena pensaron que era demasiado desconocido. (El papel fue para Robert Reed).

El primer papel protagónico de Hackman en una película llegó en 1970 con I Never Sang for My Father, en la que interpretaba a un hombre que luchaba por superar una relación fallida con su padre moribundo, Melvyn Douglas. Debido a la angustia que sentía por su propio padre, Hackman se resistía a conectarse con el papel.

En su entrevista con el Times en 2001, recordó: “Douglas me dijo: ‘Gene, nunca vas a conseguir lo que querés con la forma en que actuás’. Y no se refería a actuar; se refería a que no me estaba comportando como es debido. Me enseñó a no usar mis reservas como excusa para no hacer el trabajo”. A pesar de que tenía el papel central, Hackman fue nominado al Oscar como actor de reparto y Douglas como protagonista. Al año siguiente ganó el Oscar como mejor actor por Contacto en Francia.

A lo largo de los años, Hackman siguió trabajando, en películas buenas y malas. Durante un tiempo pareció competir con Michael Caine por el premio al ganador del Oscar más ocupado del mundo.

Sólo en 2001, apareció en The Mexican, Heartbreakers, Heist, Los excéntricos Tenenbaums y Behind Enemy Lines. Pero en 2004, ya hablaba abiertamente de su retiro y le dijo a Larry King que no tenía ningún proyecto en mente. Su único crédito en los últimos años fue narrar un documental del Smithsonian Channel, The Unknown Flag Raiser of Iwo Jima.

En 1956, Hackman se casó con Fay Maltese, una cajera de banco que había conocido en un baile de la YMCA en Nueva York. Tuvieron un hijo, Christopher, y dos hijas, Elizabeth y Leslie, pero se divorciaron a mediados de los años 80. En 1991 se casó con Betsy Arakawa, una pianista clásica.

Cuando no estaba en locaciones de rodaje, Hackman disfrutaba pintando, haciendo acrobacias aéreas, carreras de autos de serie y buceo en aguas profundas.

En sus últimos años, escribió novelas y vivió en su rancho en Santa Fe, Nuevo México, en la cima de una colina con vista a las Montañas Rocosas de Colorado, una vista que prefería a las películas que aparecían en la televisión.

“Veo quizás cinco minutos de eso”, le dijo una vez a la revista Time. “Y tengo una sensación desagradable y cambio de canal”, sumó.

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Exgobernador Andrew Cuomo lanza regreso político con postulación a alcaldía de Nueva York

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NUEVA YORK (AP) — El exgobernador de Nueva York Andrew Cuomo anunció el sábado que se postula para alcalde de la ciudad de Nueva York, relanzando su carrera política tras un exilio de varios años debido a una serie de acusaciones de acoso sexual.

En un video anunciando su campaña, Cuomo presentó su regreso como una forma de sacar a la ciudad del tumulto social y político, destacando posiciones moderadas sobre el crimen y su larga historia de logros políticos.

“No estoy diciendo que esto va a ser fácil, no lo será, pero sé que podemos cambiar la ciudad y creo que puedo ayudar, y por eso anuncio hoy mi candidatura para alcalde de la ciudad de Nueva York”, anunció.

Se espera que el demócrata lleve a cabo una campaña formidable, a pesar de entrar en la contienda profundamente herido por el escándalo que forzó su renuncia como gobernador en 2021.

Enfrenta un amplio grupo de oponentes en las primarias con bajo reconocimiento de nombre, además del alcalde actual Eric Adams, quien —por ahora— sigue bajo acusación en un caso de corrupción federal y a quienes algunos acusan de acercarse demasiado al presidente Donald Trump.

Cuomo entra en la carrera con habilidades de recaudación de fondos, un historial de logros durante sus tres mandatos como gobernador y un posible apoyo entre muchos de los mismos votantes moderados que ayudaron a impulsar a Adams a la oficina del alcalde.

Sin embargo, no está claro si los votantes están dispuestos a darle a Cuomo otra oportunidad tras su notable caída hace tres años y medio, cuando pasó de ser aclamado por su liderazgo durante la pandemia de COVID-19 a ser criticado por su comportamiento con las mujeres y cuestionado sobre su respuesta a la pandemia.

En su video de campaña, Cuomo reconoció “errores” pasados a lo largo de su larga carrera, pero se presentó como un líder experimentado que podría unir las divisiones políticas entre la izquierda y la derecha, pidiendo un gobierno que “pueda tomar una posición y hacer las cosas”.

“¿Hice siempre todo bien en mis años de servicio gubernamental? Por supuesto que no. ¿Haría algunas cosas de manera diferente sabiendo lo que sé ahora? Ciertamente. ¿Cometí errores, algunos dolorosos? Definitivamente, y creo que aprendí de ellos y que soy una mejor persona por ello y espero demostrarlo cada día”.

Cuomo había estado considerando un regreso a la política durante años mientras luchaba simultáneamente por rehabilitar su imagen y desestimar las acusaciones en su contra.

Al menos 11 mujeres lo acusaron de manera creíble de acoso sexual, que incluía alegaciones de besos y tocamientos no deseados, así como comentarios sobre su apariencia y vidas sexuales, según un informe publicado por la fiscal general de Nueva York. Una asistente presentó más tarde una denuncia penal acusando a Cuomo de agarrarle el pecho cuando estaban solos en la mansión del gobernador en Albany a finales de 2020.

Cuomo negó la acusación de agresión sexual, la cual un fiscal finalmente desestimó por considerar que no había suficientes pruebas para obtener una condena en juicio.

En cuanto a su comportamiento con algunas de las otras mujeres, Cuomo insistió en que no las maltrató intencionalmente y que simplemente se había quedado atrás en cuanto al comportamiento apropiado en el lugar de trabajo.

Los contribuyentes han gastado millones de dólares para defenderlo a él y a sus principales colaboradores en los tribunales contra diversas demandas relacionadas con las acusaciones. Está en proceso de demandar al menos a una de las acusadoras por difamación.

La carrera ya cuenta con varios candidatos compitiendo por vencer a Adams en las primarias demócratas de junio. Entre ellos se encuentran el contralor de la ciudad, Brad Lander, el senador estatal Zellnor Myrie, la senadora estatal Jessica Ramos, el asambleísta estatal Zohran Mamdani y el excontralor de la ciudad Scott Stringer, quien fue un candidato destacado en la carrera por la alcaldía hace cuatro años hasta que una mujer lo acusó de manosearla y besarla sin su consentimiento 20 años antes.

Adams también busca la reelección, pero enfrenta una tormenta debido al caso criminal en su contra y al extraordinario esfuerzo del Departamento de Justicia para cerrar el caso a pesar de la objeción de los fiscales que presentaron los cargos.

Una acusación indicó que Adams aceptó viajes de lujo junto con contribuciones ilegales a su campaña de un funcionario turco y otros ciudadanos extranjeros. Después de que Trump asumió el cargo, un alto funcionario del Departamento de Justicia ordenó a los fiscales federales en Manhattan desestimar los cargos para que Adams pudiera concentrarse en ayudar con la agenda de inmigración del presidente, dejando abierta la posibilidad de que el caso pudiera resurgir después de las elecciones municipales.

Esa dinámica llevó a los críticos a afirmar que Adams había llegado a un acuerdo para ayudar con la represión de inmigración de Trump a cambio de salvación legal.

Adams ha negado rotundamente que se haya hecho tal acuerdo, mientras enfrenta una intensa presión para renunciar y una posible destitución por parte de la gobernadora Kathy Hochul, una demócrata. Algunos de los principales colaboradores del alcalde anunciaron planes para renunciar en protesta.

Cuomo comenzó en la política trabajando para su padre, el exgobernador de Nueva York, Mario Cuomo, y luego ascendió a convertirse en secretario de Vivienda bajo el presidente Bill Clinton y fiscal general de Nueva York antes de ser elegido gobernador en 2010.

Su poder estelar nacional fue más alto durante la pandemia de coronavirus, cuando sus conferencias diarias televisadas, llenas de retórica clara sobre el virus, atrajeron admiradores en todo el país que lo vieron como una mano firme de liderazgo en un momento caótico. Las conferencias ganaron un premio Emmy internacional y lo llevaron a obtener un contrato por más de 5 millones de dólares para escribir un libro sobre la pandemia.

Sin embargo, varias mujeres comenzaron a presentarse a finales de 2020 y principios de 2021, acusando a Cuomo de mala conducta. Enfrentó un posible juicio político antes de renunciar. Un panel de ética estatal intentó sin éxito que Cuomo renunciara a los ingresos de su contrato de libro después de determinar que utilizó recursos de los contribuyentes para preparar, editar y publicar el libro.

Cuomo fue aún más perjudicado por alegaciones de que una directiva de su administración había contribuido involuntariamente a una ola de muertes por COVID-19 en hogares de ancianos al prohibir inicialmente que estos se negaran a readmitir a pacientes con el virus que hayan sido dados de alta de los hospitales. El gobernador insistió en que las acusaciones eran infundadas, pero posteriormente se halló que su administración subestimó las muertes en hogares de ancianos.

Cuomo aún tiene un significativo fondo de campaña que podría utilizarse técnicamente en su candidatura a alcalde. Pero el proceso de transferir sus donaciones estatales a un comité de la ciudad sería complicado y requeriría que cada donante aprobara el cambio, un esfuerzo potencialmente gravoso.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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Los sirios celebran primer Ramadán sin el régimen de la familia Assad

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DAMASCO (AP) — Algunos restaurantes y cafeterías en Siria permanecieron cerrados durante el día del sábado, mientras que otros abrieron como de costumbre, ya que los musulmanes observantes comenzaron a ayunar durante el mes sagrado de Ramadán, el primero desde la caída del régimen de la familia Assad.

El Ministerio de Religión de Siria ordenó, según informes, que todos los restaurantes, cafeterías y puestos de comida callejera cerraran durante el día y que las personas no coman ni beban en público o enfrentarían castigos. Aquellos que violen la norma podrían sufrir hasta tres meses de prisión.

Periodistas de la Associated Press que recorrieron Damasco el sábado vieron que algunas cafeterías estaban abiertas, pero tenían las ventanas cerradas para que la gente no pudiera ver quién estaba dentro.

Insurgentes liderados por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, derrocaron al gobierno secular del presidente Bashar Assad a principios de diciembre, poniendo fin a la dinastía de 54 años de la familia Assad. Desde entonces, el nuevo gobierno islamista, bajo el liderazgo del exinsurgente Ahmad al-Sharaa, ha estado en control y muchos temen que el país pueda convertirse en un estado islámico.

Bajo el régimen de Assad durante Ramadán, cuando los musulmanes observantes se abstienen de comer y beber desde el amanecer hasta el atardecer, se permitía a las personas comer en público. Este año, muchas personas se están absteniendo de comer en público por temor a represalias.

“Este año, Ramadán llega con un nuevo sabor. Este es el Ramadán de la victoria y la liberación”, afirmó el ministro interino de Asuntos Religiosos, Hussam Haj-Hussein, en una declaración televisada.

La mayoría de los países del mundo, incluidos Arabia Saudí, Indonesia y Kuwait, comenzaron a observar Ramadán el sábado, mientras que algunos otros países como Malasia y Japón, así como algunos musulmanes chiítas, comenzarán el ayuno el domingo.

A diferencia del año pasado, los libaneses este año marcan Ramadán después de que la guerra de 14 meses entre Israel y Hezbollah terminó con un alto el fuego mediado por Estados Unidos que entró en vigor a finales de noviembre. En la Franja de Gaza, un frágil acuerdo de alto el fuego, que ha pausado más de 15 meses de guerra entre Israel y Hamás, se acerca al final de su primera fase.

“Este año, tras la caída del régimen, hay muchas confirmaciones sobre la prohibición de romper el ayuno en público, con los infractores enfrentándose a prisión”, dijo el residente de Damasco Munir Abdallah. “Esto es algo nuevo, bueno y respetable, lo que significa que los rituales de Ramadán deben ser observados en todos sus aspectos”.

Ramadán es el noveno mes del calendario lunar islámico; el mes transcurre a través de las estaciones. El inicio del mes tradicionalmente depende de la observación de la luna creciente.

La fecha de inicio real puede variar entre las comunidades musulmanas debido a las declaraciones de múltiples autoridades islámicas en todo el mundo sobre si se ha avistado la luna creciente o a las diferentes metodologías utilizadas para determinar el inicio del mes.

La comida que rompe el ayuno se conoce como iftar y, por lo general, familiares y amigos se reúnen al atardecer para tener la comida principal. Los musulmanes comen una comida antes del amanecer, llamada “suhoor”, para hidratar y nutrir sus cuerpos antes del ayuno diario.

Ramadán es seguido por la festividad islámica de Eid al-Fitr, una de las fiestas más importantes del islam.

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El corresponsal Bassem Mroue contribuyó desde Beirut.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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