Con el nuevo ajuste previsional, pierde el 50% de los jubilados
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hace4 años
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El aumento anunciado por Alberto Fernández el pasado viernes perjudicará al 50% de los jubilados del país. Así lo afirma un estudio de la consultora Elypsis, que considera mínimo el ahorro fiscal de la medida.
“Los haberes mínimos tendrán en marzo un incremento del 13%, contra uno del 11,56% que habrían tenido de aplicarse la movilidad anterior. A partir de marzo cobrarán $ 15.892, un monto adicional de $ 192 mensuales. Para el Tesoro, esto supone una erogación extra de $ 900m mensuales, $1.800m en todo el trimestre”, dice el estudio.
Pero remarca que aquellos haberes que actualmente están por encima de $ 16.199 mensuales “pierden” con los nuevos aumentos en relación a la fórmula de movilidad vigente. “Estimamos que se trata de alrededor de 2.170.000 prestaciones (32% del total), que corresponde a cerca del 50% del universo de jubilados y pensionados”, agrega.
Según Elypsis, los principales beneficiados serán los jubilados y pensionados que cobran la mínima -hoy en $ 14.068-, y que comprenden alrededor de 4.300.000 de beneficios
Pero resalta que “la cantidad de beneficios no coincide con la cantidad de beneficiarios, dado que estos últimos pueden ser titulares de más de una jubilación (distorsionando el achatamiento de la pirámide previsional ya que se beneficia a personas que, con dos haberes, están por arriba del “umbral” de $ 16.199)”.
En ese sentido, el estudio asegura que el porcentaje de beneficiarios que recibe una jubilación mínima es del 49% del total, mientras que el porcentaje de prestaciones mínimas sobre el total de prestaciones asciende al 63%.
“La pérdida es mayor cuanto mayor es el haber. A modo de ejemplo: para un haber de $ 20.000 pasará a cobrar $ 21.960 (+9,8%) contra $ 22.320 si el aumento hubiese sido del 11,56%, por lo que pierde $360 por mes; mientras que el haber de $ 30.000, el aumento será de 7,3% y perderá $ 1.278 mensuales; y para montos de $ 50.000 el incremento se reduce a apenas 5,3%, implicando una pérdida mensual de $ 3.130”, ejemplifica.
¿Ahorro fiscal?
“A pesar de recortar los ingresos de 2.700.000 de beneficiarios y de otorgar aumentos que consideramos muy poco significativos (en el mejor de los casos, $ 190 por mes), el ahorro fiscal es bajo y, en nuestra opinión, insuficiente para justificar una medida con altos costos contingentes”, opinan los responsables del estudio.
En línea con las estimaciones oficiales, Elypsis cree que el impacto fiscal será marginal: un ahorro de $ 3.500 millones por mes ($ 10.500 en el trimestre, ó 0,03% del PBI), equivalente a una cuarta parte del costo que tuvieron los dos bonos de $ 5.000 dispuestos en la Ley de Solidaridad y Reactivación Productiva.
¿Quiénes ganan y quiénes pierden contra la inflación?
La respuesta a la pregunta sobre quiénes ganan y quiénes pierden depende de la proyección de inflación.
Bajo un escenario muy optimista, tomando inflación mensual de 2,5% en febrero y marzo, el trimestre cerraría con un aumento de precios de 7,5%.
Así, los haberes que superarán este umbral serán aquellos que hoy estén por debajo de los $ 28.993 mensuales.
“Si suponemos que la inflación mensual de esos meses será de 2,8%, entonces solo lo superarán aquellos que cobren hoy menos de $ 25.798; si la inflación es del 3% mensual, los de menos de $ 24.098”, agrega.
Ahora bien, si se toma la inflación proyectada en REM (3,2% febrero y 3,1% marzo, hoy desactualizada), sólo le ganarían a los precios los que perciban haberes por menos de $ 22.933.
Alberto Fernández con una jubilada: la foto que usó el Presidente para anunciar el ajuste previsional.
La nota que nunca quisiera escribir. Estoy devastada. Durante años compartimos escritorio, mesas de radio y algún que otro programa de televisión. Mario generaba buen clima, mantenía la batuta y hacía que cada uno diera lo mejor de sí. Una gran persona. Con él se podía contar siempre.
Su mirada aparentemente despistada envolvía una sagaz observación de todo lo que pasaba y de los protagonistas de lo que pasaba. Matizaba con humor cada situación. Se atropellan en mis recuerdos escenas desopilantes. Van sólo dos anécdotas a modo de muestra.
Estábamos en la redacción de Página en la calle Belgrano. Mario atiende el teléfono fijo y era su mamá, poseedora de esa tragedia judía agudizada con los años.
–Marito te llamo porque me voy a suicidar, no da para más.
–Mamá, ¿tenés algún problema de papeles? Yo soy tu hijo abogado sino llamá a mi hermana que es tu hija psiquiatra.
Otro día contaba que estaba escuchando a Victor Hugo en la radio y empieza a comentar uno de sus artículos en el diario. La grandilocuencia de VH para describir sus dotes de periodista lo apabulló:
–Me miré al espejo y pensé: ‘¡¿Qué me pongo?! No sabía cómo hacer para estar a la altura de semejante halago.
Le decía “Hola Doc” cada vez que hablábamos. Era una forma de rescatar su otra profesión, el abogado que siempre lo acompañaba para analizar los temas de Justicia y derechos humanos con una minuciosidad impecable.
Disfrutaba en el trabajo y lo hacía sentir. Le gustaba hablar con todos y todas, En una Argentina menos polarizaba los años que estuvo a cargo de Política en Página hablaba y hablaba con dirigientes de todo pelaje. Apreciaba a muchos, era contemplativo pero sabía marcar con maestría desvíos y renuncios.
Guardo la imagen de su diálogo con Laura Vales, la compañera que había cubierto la represión en puente Pueyrredón. El asesinato de Kosteki y Santillán que ella describió y él corroboró en una cobertura inolvidable.
Lo vamos a extrañar. Siempre nos va a acompañar su agudeza, su calidad humana y su ternura.
Hace muy poco nos juntamos para charlar sobre un programa de entrevistas que habían pensado junto a Melisa Molina para sumar a la web del diario. Discutimos contenidos, escenarios, nombres de posibles entrevistados y hasta barajamos posibles títulos para el programa. Finalmente elegimos Después del cierre y con ese nombre se inició el ciclo que inauguró Jorge Taiana y continuó Paco Olveira, y que puede verse en el portal del diario.
Pasamos esa mañana entre risas, recuerdos y anécdotas compartidas durante tantos años de trabajo en común. Yo lo chicaneaba con que había llegado tarde al kirchnerismo y él me respondía que lo mío era peor, porque había llegado tarde al peronismo: “Ustedes, los troskos, están más lejos de lo nacional y popular que China de Estados Unidos”, me decía mientras me acariciaba la mejilla con aire paternal.
Cuando leí su libro Kirchner, el tipo que supo, lo llamé para decirle que me había ayudado mucho para recordar situaciones vividas con Néstor y para ordenar mis ideas sobre ese periodo tan intenso que juntos disfrutamos desde el diario.
Esa conversación fue un domingo en que nuestro querido River, pasión que compartíamos con Mario, jugaba un partido importante, así que nos prometimos que si la banda roja ganaba, repetiríamos la charla como cábala ante cada encuentro trascendente.
Pero River perdió y al otro día convinimos que nunca más nos llamaríamos en día de partido.
Ayer, mientras pensábamos junto a Ernesto Tiffenberg con qué título iríamos hoy a la tapa, ambos recordamos la vida y la obra, y en eso estábamos cuando Ernesto disparó: “Ya lo tengo, pongamos Mario, el tipo que supo”. Creo que Ernesto acertó para siempre.