El Central dice que garantizará divisas a precio oficial para importación de insumos
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hace3 años
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Tras una fuerte polémica y la queja de empresarios ayer en la quinta de Olivos ante el presidente Alberto Fernández, el Banco Central se comprometió hoy a asegurar el acceso al dólares a las empresas que necesiten pagar importaciones, a precio oficial.
La entidad que conduce Miguel Pesce acordó una agenda de trabajo con la Unión Industrial Argentina para superar los inconvenientes que puedan surgir para la actividad productiva del cumplimiento de la Comunicación A7030, que no se modificará.
Esa comunicación dispone condiciones de acceso al mercado único y libre de cambio. Limita el acceso a dólares al precio mayorista (68,90 pesos) para algunas compañías que tengan divisas disponibles en su patrimonio.
Por ejemplo, una empresa que haya comprado oro, bonos, criptomonedas o tenga depósitos en el exterior para salvaguardar el valor de sus activos no puede adquirir dólares a valor oficial para pagar importaciones o deudas ni girar dividendos, salvo que liquide esas tenencias antes.
Ahora, el Banco Central se comprometió ante los industriales a establecer un procedimiento estandarizado para dar curso a los pedidos de autorización de acceso al mercado de cambio a las empresas que deban importar insumos.
Esto será principalmente para las compañías que se encuentren alcanzadas por algunas de las condiciones establecidas en la norma.
Normalizar
Las autoridades de la central fabril expresaron la comprensión de normalizar el acceso al mercado y plantearon la necesidad de evitar demoras en el tratamiento de los pedidos de acceso a las divisas, dijo el Banco Central en un comunicado.
Como parte de la conversación, el Banco Central considerará los pedidos de las empresas que desarmen sus posiciones en operaciones de CCL o MEP o mantengan posiciones en divisas en el exterior como parte de su operación comercial habitual, se informó.
La reunión virtual se extendió por más de una hora con la presencia de Pesce; el presidente de la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, y del secretario de Industria, Ariel Schale.
También participaron por el Banco Central el vicepresidente, Sergio Woyecheszen; el director Arnaldo Bocco y el gerente General, Agustín Torcassi, y por la Unión Industrial Martínez Cabrales, Miguel Angel Rodríguez, Martín Rapallini y Diego Coatz.
Las restricciones habían sido establecidas por el Central luego de detectar que en el bimestre abril/mayo hubo cancelación de obligaciones y anticipo de pagos de importaciones que no hacen a las prácticas comerciales habituales.
Las autoridades detectaron eso como maniobras especulativas que generaciones presiones devaluatorias sobre el peso, forzando al Banco Central a vender una mayor cantidad de divisas para sostener el precio. Con la circular A7030, el Banco Central intentaron establecer nuevas condiciones de acceso al mercado para normalizar esa situación disruptiva.
Pero se generó una fuerte polémica porque la situación afectaba a empresas importadoras de insumos y bienes de capital.
El Banco Central se comprometió a establecer un procedimiento estandarizado para dar curso a los pedidos de autorización de acceso a dólares a las empresas que deban importar insumos. (La Voz)
La nota que nunca quisiera escribir. Estoy devastada. Durante años compartimos escritorio, mesas de radio y algún que otro programa de televisión. Mario generaba buen clima, mantenía la batuta y hacía que cada uno diera lo mejor de sí. Una gran persona. Con él se podía contar siempre.
Su mirada aparentemente despistada envolvía una sagaz observación de todo lo que pasaba y de los protagonistas de lo que pasaba. Matizaba con humor cada situación. Se atropellan en mis recuerdos escenas desopilantes. Van sólo dos anécdotas a modo de muestra.
Estábamos en la redacción de Página en la calle Belgrano. Mario atiende el teléfono fijo y era su mamá, poseedora de esa tragedia judía agudizada con los años.
–Marito te llamo porque me voy a suicidar, no da para más.
–Mamá, ¿tenés algún problema de papeles? Yo soy tu hijo abogado sino llamá a mi hermana que es tu hija psiquiatra.
Otro día contaba que estaba escuchando a Victor Hugo en la radio y empieza a comentar uno de sus artículos en el diario. La grandilocuencia de VH para describir sus dotes de periodista lo apabulló:
–Me miré al espejo y pensé: ‘¡¿Qué me pongo?! No sabía cómo hacer para estar a la altura de semejante halago.
Le decía “Hola Doc” cada vez que hablábamos. Era una forma de rescatar su otra profesión, el abogado que siempre lo acompañaba para analizar los temas de Justicia y derechos humanos con una minuciosidad impecable.
Disfrutaba en el trabajo y lo hacía sentir. Le gustaba hablar con todos y todas, En una Argentina menos polarizaba los años que estuvo a cargo de Política en Página hablaba y hablaba con dirigientes de todo pelaje. Apreciaba a muchos, era contemplativo pero sabía marcar con maestría desvíos y renuncios.
Guardo la imagen de su diálogo con Laura Vales, la compañera que había cubierto la represión en puente Pueyrredón. El asesinato de Kosteki y Santillán que ella describió y él corroboró en una cobertura inolvidable.
Lo vamos a extrañar. Siempre nos va a acompañar su agudeza, su calidad humana y su ternura.
Hace muy poco nos juntamos para charlar sobre un programa de entrevistas que habían pensado junto a Melisa Molina para sumar a la web del diario. Discutimos contenidos, escenarios, nombres de posibles entrevistados y hasta barajamos posibles títulos para el programa. Finalmente elegimos Después del cierre y con ese nombre se inició el ciclo que inauguró Jorge Taiana y continuó Paco Olveira, y que puede verse en el portal del diario.
Pasamos esa mañana entre risas, recuerdos y anécdotas compartidas durante tantos años de trabajo en común. Yo lo chicaneaba con que había llegado tarde al kirchnerismo y él me respondía que lo mío era peor, porque había llegado tarde al peronismo: “Ustedes, los troskos, están más lejos de lo nacional y popular que China de Estados Unidos”, me decía mientras me acariciaba la mejilla con aire paternal.
Cuando leí su libro Kirchner, el tipo que supo, lo llamé para decirle que me había ayudado mucho para recordar situaciones vividas con Néstor y para ordenar mis ideas sobre ese periodo tan intenso que juntos disfrutamos desde el diario.
Esa conversación fue un domingo en que nuestro querido River, pasión que compartíamos con Mario, jugaba un partido importante, así que nos prometimos que si la banda roja ganaba, repetiríamos la charla como cábala ante cada encuentro trascendente.
Pero River perdió y al otro día convinimos que nunca más nos llamaríamos en día de partido.
Ayer, mientras pensábamos junto a Ernesto Tiffenberg con qué título iríamos hoy a la tapa, ambos recordamos la vida y la obra, y en eso estábamos cuando Ernesto disparó: “Ya lo tengo, pongamos Mario, el tipo que supo”. Creo que Ernesto acertó para siempre.