El recuerdo de Antonella Yacobelli sobre los Odesur: “Veo los videos y revivo la emoción de ese momento”
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Lleva a la gimnasia rítmica en la piel y en la sangre. Lo afirma ella pero se percibe en cada palabra, en cada gesto, en cada acción de su vida cotidiana. Antonella Yacobelli llegó a la actividad a los cuatro años, al mismo tiempo que hacía danza clásica en la Academia de Silvia Arch, y cuando tuvo que decidirse por una eligió entrenar unas horas más y seguir su camino en el deporte que hoy enseña. ”Fueron 19 años en actividad en la gimnasia rítmica; hace 12 que me retiré y es en lo que sigo involucrada como entrenadora. A pesar de que no vivo de la gimnasia, enseñar me sale del alma porque llevo la gimnasia rítmica en la piel y en la sangre”, dice a Mundo D la profesora de educación física, egresada del Ipef y con pasado por los clubes Atenas, Instituto y Municipalidad de Córdoba.
“Tone” confiesa que el deporte le enseñó que si uno trabaja duro se consigue lo que se quiere, especialmente si se hace con pasión y amor. “También, a ser comprometida con lo que haga y a tener un poco más de confianza en mí misma”, completa. Y esa conducta tuvo sus frutos. La cordobesa “paseó” su talento por distintas pedanas y llevó al deporte argentino a lo más alto del continente.
Hace 14 años, Argentina recibió los Juegos Odesur Buenos Aires 2006 y esos días del mes de noviembre marcaron la carrera deportiva de Antonella, quien era entrenada por Silvina Márquez.
“En esa competencia me consagré subcampeona Individual, pasé a todas las finales y obtuve la medalla dorada en las finales de cuerda y mazas, y medalla de bronce en la final de pelota. Además, medalla dorada en la clasificación por equipos”, recuerda y afirma que estaba en su mejor forma física y mental, y con una buena preparación técnica.
Y continúa: “Lo viví con mucha tranquilidad y confianza porque estábamos alojados en el Cenard, lugar que conocía desde chiquita y era como mi segunda casa. Además, muy animada por la localía; mucha gente se acercó a ver la competencia y lo mejor fue que mi familia, que siempre me ayudó juntando el dinero para que viajara a competir al exterior durante mi carrera, pudo asistir y ¡verme en vivo! En esta cuarentena, repasando los videos de ese día, revivo la emoción y fervor de ese momento”.
Yacobelli siempre fue una gimnasta muy responsable, comprometida y disfrutaba lo que hacía y, si bien como todo deportista le hubiese gustado representar al país en un Juego Olímpico, es consciente que es una disciplina muy difícil, en la que es necesario entrenar por años en Europa o Rusia. “Siento que como gimnasta di todo lo mejor de mí y me retiré sin cuentas pendientes. Tenía condiciones físicas naturales como la gran flexibilidad y saltabilidad, pero que si no las trabajaba y las pulía no me servían de nada. Lo que más me costaba era la expresión porque soy un poco introvertida, ese era mi punto débil y lo que más me machacaba mi entrenadora”, explica quien hoy procura transmitir toda su experiencia para que sus gimnastas disfruten el deporte y, sobre todo, que construyan valores que queden para toda la vida.
Y vaya si Antonella dejó un legado.
Por una resolución del Comité Técnico de Gimnasia Rítmica de la Federación Internacional de Gimnasia, desde hace 18 años un ejercicio de mazas lleva su nombre y es parte del grupo selecto que integran grandes gimnastas del mundo.
“Es una huella significativa que he dejado en la historia de la gimnasia rítmica argentina e internacional. En esa época, el Código de Puntuación permitía las “originalidades”, incentivando a las gimnastas a crear movimientos nuevos y les otorgaban nombre y valor debiendo ser presentado en alguna competencia internacional”, cuenta sobre el movimiento que trabajaron con Silvina Márquez y que apoyaba las mazas en el pie en equilibrio, mientras esa pierna giraba completamente de adelante para atrás (180 grados).
Junto con la cinta, las mazas eran lo que más costaba, pero el empeño, la constancia y el trabajo de la actual entrenadora del Club Rieles Argentinos hicieron que tuviera más seguridad con este elemento y lograra la excelencia.
“Mis mejores elementos eran la soga y la pelota, pero todos eran como una continuación de mí misma. A través de ellos, transmitía mis emociones, mis energías. Y las series de mazas y pelota fueron las que más satisfacciones me dieron”, indica la madrina de la Escuela de gimnasia Rítmica Bellatrix de la ciudad de Monteros en Tucumán.
A 12 años de su retiro de la actividad, la cordobesa mantiene un vínculo fuerte con la gimnasia. Brinda clínicas, evalúa torneos y dicta charlas motivacionales para niñas. Está en contacto permanente con clubes de interior del país (Santa Cruz, Santiago del Estero, Catamarca, Salta, Entre Ríos, por mencionar algunos). “En esta cuarentena, he dictado clases por Zoom para gimnastas de Guatemala y México”, cuenta quien hoy trabaja en el Registro Civil del CPC Centro América como Oficial Público.
En su tarea diaria oficia matrimonios civiles e inscripciones de nacimientos y allí también expone su mejor versión. “Si bien no tiene que ver con la gimnasia rítmica, me da muchas satisfacciones porque son situaciones de mucha emotividad en la vida de las personas”, cierra.
El plantel arribó el domingo a la noche para el partido por Eliminatorias de este martes. Cada jugador se mostró con su tubo personal para contrarrestar la altura de La Paz.
El Cuti Romero bajó del micro con su tubo personal.
La Selección Argentina llegó este domingo a la noche a Bolivia para el compromiso del martes a las 17, correspondiente a la segunda fecha de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026.
Más allá de la posible ausencia de Lionel Messi, la formación y las cuestiones futbolísticas, el principal objetivo del plantel es minimizar el impacto de los 3.600 metros de altura de La Paz, la capital boliviana.
Es por eso que una de las imágenes que más llamó la atención fue el arribo de cada jugador argentino con su propio tubo de oxígeno. La Selección sabe que no es sencillo predecir cómo puede responder el organismo de cada uno para el encuentro en el estadio Hernando Siles.
En el video se puede ver a Messi, en este momento duda para ser titular en La Paz, descendiendo del colectivo detrás de Cristian “Cuti” Romero. El cordobés ex-Belgrano fue uno de los que portaba un tubo de oxígeno de mano.
Además, minutos antes, futbolistas como Alexis Mac Allister y Nicolás Tagliafico mostraron el elemento en sus redes sociales. La falta de aire la suelen experimentar aquellos que suben desde el llano, y la idea es aclimatarse lo antes posible.
El plan de los tubos no es nuevo ni único de la Selección Argentina. Por caso, en las últimas Eliminatorias para Qatar el equipo dirigido por Lionel Scaloni utilizó la misma estrategia, y salió bien. El 13 de octubre de 2020, el conjunto nacional venció 2-1 a Bolivia y cortó una racha de 15 años sin triunfos en la ciudad del Altiplano.
Así son y cómo se usan
Esta vez los argentinos llegaron a La Paz con sus tubos personales, a diferencia de los grandes cilindros que se vieron años anteriores. Permite inhalar a una pureza del 95 por ciento cuando siente la necesidad.
Los tubos de la Selección son de la marca estadounidense Boost Oxygen, que dependiendo del tamaño brindan entre 60 y 200 descargas. De hecho vienen con distintos “sabores”: natural (el que se pudo ver en manos de los futbolistas), menta, pomelo rosado y eucalipto.
Según indica la página oficial del producto, el aire a nivel del mar tiene un 21% de oxígeno y los tubos descargan al menos tres veces más que eso.
Los tubos de oxígeno se utilizan tal cual mostró Mac Allister en sus redes: con la mascarilla debajo de la nariz y cubriendo toda la boca.
Fue 1-0, en el arranque del torneo clasificatorio rumbo al Mundial de 2026. La Selección inició en forma exitosa su camino hacia la cita ecuménica y vivió una fiesta ante más de 80 mil personas.