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Negocio de la basura: imputaron a ocho exfuncionarios de la gestión Mestre
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La Justicia federal de Córdoba decidió la imputación de ocho exfuncionarios de la gestión del intendente Ramón Mestre vinculados a la empresa municipal de la basura, Crese, y de otras cinco personas acusadas de haberse beneficiado económicamente con la celebración de contratos con esa sociedad del Estado municipal.
De esta manera, los millonarios manejos de dinero del servicio de basura de la ciudad de Córdoba ya suman tres grandes ramas de investigación judicial: la gremial, que tiene detenidos en la cárcel de Bouwer a los sindicalistas Mauricio Saillén y Pascual Catrambone; la empresarial, con imputaciones que alcanzan a 16 directivos de la empresa recolectora Cotreco, y ahora la política, con estas primeras imputaciones contra ocho exfuncionarios.
Dos directorios
El fiscal federal Enrique Senestrari determinó que en las maniobras se habrían cometido cinco tipos delictivos: lavado de activos, evasión agravada, asociación ilícita fiscal, defraudación por administración fraudulenta y tentativa de aprovechamiento ilegítimo de beneficios fiscales.
Así, el requerimiento fiscal de imputación afecta a los dos expresidentes de la empresa municipal Crese nombrados por Mestre, Alberto Castagno (primer directorio) y Norberto Romildo Bergami (segundo directorio).
También incluye a los exdirectores técnicos de la empresa Oreste Godino y Walter Aldo Vargas; a los exdirectores administrativos Enrique Agustín Imberti Figueroa y Arnoldo Eduardo Levin; al exsíndico Pablo César Cáceres, y al exdirector obrero y sindicalista del gremio de recolectores Surrbac, Pascual Catrambone. Cabe señalar que uno de los directivos imputados, Levin, falleció en julio de 2016.
A todos los exfuncionarios (con excepción de Cáceres) el fiscal los encuadra en la figura penal de defraudación calificada fraudulenta en carácter de autores.
Esta se basa en el artículo 173 inciso 7 del Código Penal, que castiga con hasta seis años de prisión a quienes, teniendo a cargo el manejo o la administración de bienes ajenos, procuran para sí o para terceros un lucro indebido, violando sus deberes o perjudicando los intereses que les fueron confiados.
El fiscal también imputa al expresidente Bergami, a Vargas y al exsíndico Cáceres por otro delito: tentativa de aprovechamiento ilegítimo de beneficios fiscales. A los primeros, en carácter de autores; y en carácter de partícipe necesario a Cáceres.
Cabe recordar que Catrambone, junto con Castagno y Godino, están imputados también por presuntas negociaciones incompatibles con la función pública en otra causa judicial de la Justicia provincial. Habrían contratado a la constructora Krates, vinculada a Catrambone, a través de supuestos testaferros que eran empleados de la propia Crese, y luego del Esop, para realizar tareas en el predio de enterramiento.
Más para investigar
El requerimiento fiscal no se detiene solamente en estos ocho exfuncionarios.
Según informaron a este diario abogados de los imputados, Senestrari también le solicitó a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) que investigara la historia fiscal de los integrantes del primer directorio del Ente de Servicios y Obras Públicas (Esop), organismo creado por el exintendente Mestre.
Se trata de César Ferreyra, Luis Brower de Koning y Armando Mayor. Este último es actualmente vocal de la Cámara de Apelaciones del Tribunal de Faltas de la Municipalidad de Córdoba. Ferreyra dejó el Esop luego de que La Voz publicó que la cúpula del gremio cobraba sueldos sin ir a trabajar y pasó a desempeñarse como asesor de Mestre.
El fiscal también le pide a la Afip que investigue a las siguientes autoridades que tuvo el Esop: el expresidente Alfredo Sapp y el exdirector Lucas Samamé, ambos colaboradores directos de Mestre.
Sapp es ahora titular del bloque radical en el Concejo Deliberante y, con el apoyo de Mestre, acompañó a Rodrigo de Loredo como candidato a viceintendente en las elecciones del año pasado. Samamé fue, además, director del Registro Civil de la Municipalidad.
Las imputaciones no alcanzan, por ahora, a autoridades de mayor jerarquía en la anterior administración municipal, aunque el requerimiento del fiscal habla de que existen “personas todavía no identificadas” en las maniobras.
Senestrari dijo ayer a este medio: “Hoy no tengo pruebas que me digan que hubo responsabilidades políticas. Hay que ver si algún organismo de control omitió funciones. Lo secuestrado en los allanamientos todavía no fue desintervenido porque falta la participación de Afip en el proceso”.
Por esta causa ya se produjeron dos jornadas con múltiples allanamientos ordenados por el juez Ricardo Bustos Fierro.
Los primeros fueron en noviembre de 2019 e incluyeron la sede de Crese, el Esop y los domicilios de los exfuncionarios.
Los segundos fueron el 10 de este mes y tuvieron como objetivos el Departamento Ejecutivo de la Municipalidad, la Secretaría de Finanzas y el Tribunal de Cuentas municipal.
Cinco imputados más
Las otras cinco personas imputadas en la causa no son exfuncionarios. Fueron identificadas como Cristian Eduardo Herrera, su esposa Micaela Schörnig, su hermano Ignacio Guillermo Herrera, Claudio César Bonaldi y Gerardo Luis Cuevas Lescano.
Cristian Herrera fue detenido el jueves 13, cuando regresó de Brasil y se presentó espontáneamente en los tribunales federales. Fue enviado a la cárcel de Bouwer y recuperó su libertad el miércoles 19, luego de acreditar una fianza por 15 millones de pesos.
También fueron allanadas su vivienda en el country Bosque Alegre, de la ciudad de Villa Allende; otra vivienda de los imputados y el domicilio de la empresa Panno Textil SA, de barrio El Refugio.
Cristian e Ignacio Herrera, Schörnig, Bonaldi y Catrambone fueron imputados por asociación ilícita fiscal. A los tres primeros, además, se los acusa de evasión agravada y también de presunto lavado de activos junto con Bonaldi y con Cuevas Lescano.
Sesma: Esto debe continuar hasta ver la responsabilidad política
La exconcejala Laura Sesma, denunciante en los últimos años de las supuestas irregularidades vinculadas al servicio de recolección de basura de Córdoba, sostuvo ayer que estas imputaciones contra exfuncionarios deben ser “solamente el primer paso, para continuar hasta ver la cadena de responsabilidades políticas”.
Sesma, que fue autora de diversas denuncias judiciales sobre la problemática, señaló ayer a este medio que “es imposible pensar que esos funcionarios de Crese o del Esop hayan tomado una sola decisión sin consentimiento del intendente Ramón Mestre y de sus secretarios del área”.
Para la exconcejala, “tanto Crese como Esop fueron concebidos como escudos de impunidad para los funcionarios, para intentar salvarse judicialmente de las tropelías que cometían”.
Senestrari: Todo vinculado
El fiscal federal que imputó a los exfuncionarios, Enrique Senestrari, expresó su convencimiento de que este caso y el de Cotreco se tocan. “Está todo muy vinculado: el tema impositivo, las compras, los testaferros, la generación de deudas. Todo gira alrededor del dinero de la recolección de basura”, indicó.
Las actuales autoridades del Esop en la gestión del intendente Martín Llaryora, que encabeza ahora Victoria Flores, prefirieron no referirse al tema y esperar a ver cómo avanza la causa judicial.
El liquidador de Crese designado por Llaryora, Martín Llarena, dijo que no han detectado que Crese tenga deudas con las empresas proveedoras que han sido vinculadas con el gremio Surrbac. Es decir, los contratos ganados ya les habrían sido pagados.
Uno de los abogados de los imputados que no son exfuncionarios dijo que están desconcertados por la imputación. “No se ve hilo conductor en el requerimiento. No se entiende por qué se mezcla Crese con la actividad de estos privados. Mi cliente puede demostrar que no ha cometido irregularidad tributaria ni administrativa alguna”, dijo el defensor.
Tres líneas de investigación Gremio, empresas y política
Hasta ahora se desarrolló principalmente el costado gremial.
Surrbac. Tanto en la Justicia provincial como en la federal existe una decena de causas que investigan supuestas irregularidades cometidas en el sindicato de recolectores Surrbac, en su mutual y en su obra social. La causa más avanzada llevó a prisión, en agosto de 2019, a los dirigentes Mauricio Saillén y Pascual Catrambone. Las restantes causas –varias derivadas de la principal– tienen diferentes grados de avance.
Cotreco. La Justicia federal imputó a 16 directivos de la empresa recolectora Cotreco, incluido su presidente y extitular de la Cámara de Comercio de Córdoba, Horacio Busso. Se los acusa de asociación ilícita para evadir impuestos y lavado de activos, entre otros presuntos delitos. Esta empresa, en varios aspectos, fue casi dirigida por el gremio Surrbac, que hizo entrar a numerosos empleados a sus filas.
Municipalidad. También hay más de una causa judicial en este ámbito. Una investiga presunto lavado de dinero en las últimas licitaciones del servicio de basura. Otra, sobre la que se informa hoy, apunta a presuntas maniobras delictivas ocurridas en los entes municipales Crese y Esop durante las gestiones del exintendente Ramón Mestre, en las que también habrían participado directivos del sindicato.
Uno por uno, los imputados
Exfuncionarios de Mestre, empresarios y particulares.
Exfuncionarios
Alberto Castagno. Expresidente de la empresa municipal Crese.
Norberto Romildo Bergami. Expresidente de Crese.
Oreste Godino. Exdirector técnico de Crese.
Walter Aldo Vargas. Exdirector técnico de Crese.
Enrique Agustín Imberti Figueroa. Exdirector administrativo de la firma Crese.
Arnoldo Eduardo Levin. Exdirector administrativo de Crese (fallecido).
Pablo César Cáceres. Exsíndico de Crese.
Pascual Catrambone. Exdirector obrero de Crese.
Particulares
Cristian Eduardo Herrera. Supuestamente vinculado a Catrambone, dirige empresas que vendían indumentaria de trabajo a Crese.
Micaela Schörnig. Pareja de Herrera, vinculada a la firma Panno Textil SA.
Ignacio Guillermo Herrera. Hermano de Cristian, vinculado a Panno Textil SA.
Claudio César Bonaldi. Se investiga si puede ser un prestanombre de los anteriormente mencionados.
Gerardo Luis Cuevas Lescano. Exempleado de Cotreco, empleado de Esop. Se investiga si puede ser prestanombre de los anteriores.
Pedido a la Afip. El requerimiento de la Justicia también pide a Afip que investigue la historia fiscal de otros importantes exfuncionarios mestristas.






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El voto a Milei se debate en las fábricas

“La bronca, la entiendo. Ir en contra de nosotros mismos, no”. Son las 10 de la mañana del viernes y Daniel Rosato está reunido con las y los trabajadores de las empresas que llevan su apellido, una papelera y una metalúrgica. También fueron invitados integrantes de la cooperativa Hormigas Podadoras, que hace tareas de desmalezamiento en el predio del Parque Industrial Plátanos, de Berazategui. Alrededor de ellos hay grandes máquinas que fraccionan y empaquetan rollos de papel tissue, pilas de paquetes de servilletas de cocina y papel higiénico, plásticos con las marcas Family y Calipso, una extensa línea de producción dividida en diferentes sectores. Pero ahora las máquinas están calladas y sus operarios forman una ronda y escuchan, serios. Es la segunda vez que el dueño de esta pyme los reúne para hablar de algo que tiene mucho que ver con su trabajo y con la vida cotidiana de la que ahora hablan: de política.
La primera vez fue un par semanas atrás y la publicación de lo que allí se charló en la columna de David Cufré en este diario causó revuelo entre sus protagonistas. Leyeron la nota y después también lo vieron en la tele, lo escucharon en la radio, les llegaron videos virales de las redes. Se puso la lupa aquí, pero lo narrado tenía valor porque podría trasladarse a tantos otros espacios similares: Rosato decía que la mayoría de los trabajadores de su fábrica había votado a Milei en las PASO: “diría que bastante más del 50 por ciento”, precisaba el empresario pyme. Contaba que se había acercado a ellos para preguntarles qué pensaban y cómo estaban. Que lo que había escuchado podía resumirse en un par de ideas: enojo, hartazgo, necesidad de cambio radical.
Ahora algunos operarios levantan la mano para decir que sí, están enojados y hartos y quieren cambiar todo, pero que ellos no dijeron que eso necesariamente se traducía en un voto a Milei, porque aquí no se habla de candidatos, más bien de ideas y vivencias. En cambio otros admiten que sí, votaron a Milei porque lo que viven los enoja y los cansa y les parece injusto: trabajar y que no te alcance. Lo insostenible de este tiempo, el gran reclamo de época.
Tony admite que votó a Milei “enojado” en las PASO. Foto Enrique García Medina
El voto milanesa
Una cosa se acuerda sobre todo Tony del día en que fue a votar: el kilo de milanesas a 3200 pesos. “Que ya subió más”, aclara este técnico metalúrgico que trabaja en la fábrica de 6 a 15 y completa su salario dando clases por las tardes en escuelas técnicas. Dice que su señora lo chuzó al volver de hacer las compras: “Ahí los tenés a los que vos defendías, ¡3200, 3200 pesos las milanesas!”.
Tony habla desde un lugar, no de pertenencias políticas sino de clase. Admite que “las clases bajas somos las que más necesitamos del Estado”. Se pone de ejemplo: formoseño nieto de abuela analfabeta que lo mandó a estudiar, “y eso hizo la diferencia, como les digo siempre a mis alumnos”. “De la bronca que tenía fui y lo voté a este loco de mierda, porque cuando está todo tan mal uno un poco piensa en que explote todo y a la mierda, ¿no?”, recuerda y analiza. “La verdad, no pensé que este loco iba a sacar tantos votos, menos que iba a salir primero. No me lo imagino presidente. Si lo pienso en frío sé que si explota todo, los primeros que explotamos somos nosotros, los de abajo”, dice ahora.
Foto Enrique García Medina
Tony cuenta también lo que ve alrededor suyo. Que muchos de sus alumnos séptimo año, de la materia máquinas eléctricas, también votaron a Milei. Que su nieta de 14 le dijo que vio en TikTok que “vamos a poder elegir a qué colegio ir, porque nos van a dar un voucher, y eso es bueno”. Que su madre, jubilada sin haber aportado en su totalidad durante el gobierno de Cristina, también le habla de Milei (“ella mira TN todo el día y ya le comieron la cabeza con ‘la chorra'”, aclara). Que en la metalúrgica hacen trabajos para YPF, y los operarios petroleros –“que están re bien, esos sí están bien”, acota– también le hablan de Milei.
“Vi la nota el otro día y me sentí identificado, realmente estoy enojado por estos cuatro años, y quise votar una alternativa nueva”, les dice a sus compañeros cuando pide la palabra en la ronda. “Yo lo escucho ahora a Daniel y hay algo en lo que tiene razón, en el 2015 también estábamos hartos, y nos votamos en contra”, recuerda. “Leamos las plataformas, estudiemos lo que dice cada candidato, pensemos bien lo que quiere decir dolarización, no votemos en caliente”, les aconseja.
Foto Enrique García Medina
Parque industrial
La metalúrgica y las plantas productora y fraccionadora de la papelera Rosato –hay, además, un centro de reciclado ubicado en otro predio– tienen un plantel de 180 trabajadores y trabajadoras en total. Están ubicados en el Parque Industrial Plátanos, de Berazategui. Inaugurado en marzo de 2004 por Néstor Kirchner, este conglomerado industrial es un símbolo muy concreto y visible, con sus 66 hectáreas y las 54 empresas que allí se radicaron, de un impulso decidido desde el Estado a una política de promoción. El proyecto reindustrializador –un trabajo conjunto entre el Municipio y la Unión Industrial de Berazategui– incluyó estrategias como exenciones impositivas diferenciales según generación de empleo: a mayor cantidad de gente empleada, menos impuestos municipales. El Estado, queda claro, estuvo bien presente para que todo esto exista.
Si se mira con atención, este lugar también exhibe a ese mismo Estado operando en forma inversa, y sus consecuencias: las enormes instalaciones que sorprenden al visitante muestran imponentes formas arquitectónicas fabriles de otra época, sobre las que se fue construyendo lo nuevo. Son los restos de la vieja textil Sniafa, una de las principales productoras de hilados sintéticos de la Argentina desde su inauguración en 1948. Llegó a dar trabajo a más de 2.000 personas, hasta que a inicios de los ’80 cerró sus puertas.
Es casi sintomático que nadie a lo largo de una charla sobre trabajo, política, Estado –al menos, durante la cobertura de esta cronista– haya mencionado la característica diferencial de un lugar como este. Y a la vez es humanamente esperable: se busca avanzar sobre lo logrado, se da por cierto, por ya ganado, por inmutable. Los ciclos históricos de la Argentina y la región están hechos de cuestiones como esta.
Marcos y Martín relatan las dificultades cotidianas. Foto Enrique García Medina
Trabajar y que no alcance
“Te dan el bono, sacan el IVA, y aumenta todo en la misma proporción. Las ideas son buenas, pero si se la van a llevar toda cinco vivos, no sirve”. Los diagnósticos de los trabajadores son concretos, y acaban todos en la misma descripción: “La plata no alcanza”. “Trabajás y no te alcanza”. “Llega la quincena, cobrás, y no llegás”. La cuestión ya no es poder ofrecer o no la propia fuerza de trabajo, tener los pies adentro o afuera del plato: es que aún en la mayor de las formalidades laborales, aún con todos los derechos hoy en disputa asegurados, la ecuación no cierra. Un fantasma recorre el nuevo siglo: trabajar y que no alcance.
Marcos y Martín y enumeran el cotidiano en la charla con Página/12: Antes cada invierno había un par de zapatillas, joggin, buzo y campera nuevos para cada hijo, ahora no. Antes se iban de vacaciones, ahora ya no. Viven relativamente cerca, antes venían a trabajar en auto, ahora los números no dan. Llegan aquí diariamente en bici, “y no por deporte”, aclaran. Ellos no dicen a quién votaron ni a quién votarán. Pero sí dicen que están “cansados de ir cada vez de mal en peor, de presidente en presidente, todo igual, todo mal”.
Foto Enrique García Medina
Otro gran tema se recorta unificando los motivos del enojo: “los planes”. “Vos te levantás todos los días a las 5 de la mañana y estos se te ríen en la cara”. “Somos los que sacamos el país adelante y el beneficio se lo llevan otros, no es justo”, es su análisis. ¿No están de acuerdo en la ayuda social del Estado a gente que lo necesita? Sí, pero aseguran que en el barrio ven a “gente que no lo necesita y que pudiendo trabajar, cobran él y la señora”. Que se conocen todos, y que todos saben todo. Que en los barrios Plátanos y Luchetti son conocidos los punteros que “cobran de los planes que reparten porque la gente les tiene que dar de lo que cobran”. Como también admiten que hay otra ayuda social que llega a los comedores y que quienes los manejan “hasta ponen plata de su bolsillo”. Pero los mayores flujos de recursos, aseguran, están mal direccionados.
En su análisis, con esta asistencia el Estado llega a las personas no para equiparar desigualdades sino, por el contrario, como gran generador de injusticias. Es, en la denuncia de su relato, la única intervención estatal que visualizan.
En la Cooperativa Hormigas Podadoras les piden a sus compañeros “memoria”. Foto Enrique García Medina
Verde tesoro
Jesica Palavecino es la presidenta de la cooperativa Hormigas Podadoras, creada en 2013, con 35 integrantes de entre 18 y 65 años. A través de un convenio con el municipio, hacen desmalezamiento en este predio, en vía pública, y también trabajan en obras de urbanización. Toda la estructura laboral de estos trabajadores está mediada y posibilitada por el Estado; sin embargo, cuenta que entre los integrantes de la cooperativa y sus familias hubo quienes votaron al candidato que promete terminar para siempre con el Estado, hacerlo estallar por los aires.
Foto Enrique García Medin
Cómo llegar a estar bien
Además de estar al frente junto a su hermano de la empresa que –cuenta su hija, que también trabaja aquí– “empezó en el patio del abuelo”, Daniel Rosato es presidente de Industriales Pymes Argentinos, y de la Unión Industrial de Berazategui. Dice que en 2015 hubo aquí charlas similares, y que ahora quiere transmitir a su gente básicamente lo mismo: que el libre comercio mata a la industria, que los ejemplos están en la historia. Que se puede estar mejor, pero no destruyendo todo. “Si ustedes ganan bien, van a comprar más papel higiénico, y nos va a ir bien a todos”, les dice con lógica productivista a los empleados de su papelera.
Les cuenta, por último, que llamó tanto a Milei como a su hermana (“el Jefe” lleva la agenda) para invitar al candidato al cuarto Congreso Nacional Industrial del Consenso Nacional para el Trabajo y la Producción, que se hizo en el marco de la primera exposición de parques industriales en la Rural, el 25 de agosto. Que lo volvió a convocar hace poco para un debate. “No fue, ni siquiera contestó. ¿Saben por qué? Porque no tiene nada para decir en una fábrica argentina”, concluye.
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El mensaje de Cristina Kirchner a la militancia

Minutos después de haber finalizado su charla magistral en la UMET, Cristina Fernández de Kirchner salió a la calle. La esperaban decenas de militantes cristinistas que, agrupados alrededor de un escenario improvisado, cantaban: “Gorila no te va a alcanzar, la nafta no te va a dar. Si la tocan a Cristina que quilombo se va armar”. La vicepresidenta sonrería, saludaba y mandaba besos. “La verdad que tenía muchas ganas de tomar contacto con todos ustedes pero también mucha necesidad de decir lo que creo que está pasando”, comenzó, mientras algunos militantes le gritaban palabras de cariño. En ese momento, la vicepresidenta hizo algo que no había hecho hasta ahora: pidió disculpas por los errores del gobierno nacional en los últimos años.
“Yo entiendo porque hubo mucha ilusión, mucha expectativa y no se pudo cumplir. Y quiero en ese sentido pedirles perdón si no pudimos cumplir, pero créanme que lo intenté muchas veces”, señaló, en una crítica velada a Alberto Fernández, y ahí mismo se interrumpió: “Pero no vale la pena, hay que meterle para adelante porque necesitamos que la sociedad argentina sepa cuál es realmente el problema que tiene nuestra economía”.
La calle Sarmiento estaba abarrotada de militantes de La Cámpora, Nuevo Encuentro, y las diferentes agrupaciones que integran la Patria es el Otro, que conduce el “Cuervo” Larroque. Había gente hasta en los balcones y, en un momento, CFK hizo que subieran a una niña que estaba en el público y quería que le firmara una de las banderas. Era la primera vez que la vicepresidenta protagonizaba un acto así, más espontáneo y en la vía pública, desde que intentaron asesinarla hace más de un año. Había participado de otros actos públicos, pero había sido más organizados, con varios cordones de seguridad y de cacheos. Esta vez era distinto. “Hasta tuve miedo”, reconoció un dirigente cristinista que había ido escucharla en la presentación de la reedición del libro en la UMET.
“Muerta o presa no me importa, no me voy a callar nunca. Sépanlo”, exclamó CFK, al finalizar el acto.