Desde el lunes, hay más gente en la calle. Lo admiten en la Provincia, que se propone a partir de hoy comenzar a trabajar en una nueva estrategia para hacer respetar la cuarentena. “Es cierto, desde hace 48 horas (hasta ayer) se ha incrementado el tránsito vehicular. Y por esa razón vamos a implementar un plan alternativo, buscando cerrar los circuitos del automovilista”, anticipó el ministro de Seguridad provincial, Alfonso Mosquera.
Los operativos, dijo el funcionario, reforzarán los controles en los puentes y se desplegarán en forma de abanico, para impedir que se circule desde un determinado sector –por caso, el arco sudoeste–hacia el área central. “Monitoreamos el tránsito con nuestras 1.100 cámaras y sabemos que se ha incrementado el volumen de gente en la calle, en especial de 7 a 14”, ratificó Mosquera.
El diseño en abanico de los operativos policiales buscará disuadir movimientos y enviar de regreso a casa a quien se tope con un control, que será móvil, menos previsible que las postas que casi no se mueven desde hace tres semanas y, por tanto, se hacen fáciles de eludir por calles alternativas para los automovilistas.
A la vez, se mantendrá el vallado en la peatonal, en el Centro. Allí se le pide a cada transeúnte que justifique por qué está ahí. Con esto, buscan evitar que los cansados de la cuarentena “salgan a pasear”.
Hoy se reunirá la Policía con funcionarios del área de movilidad de la Municipalidad de Córdoba. Lo que se quiere es sumar inspecciones de tránsito, y también poner más énfasis en los controles en los colectivos del transporte urbano. La Municipalidad de Córdoba no hace más porque, admiten desde el Palacio 6 de Julio, hay un grave déficit de personal, una parte justificada por un número relativamente alto de agentes incluidos en algunos de los grupos de riesgo.
La información que proveen las seis cámaras fijas de tránsito que tiene la Municipalidad de Córdoba comprueban que hay más vehículos en la calle. Las cámaras están ubicadas en Nuevocentro Shopping; Olmos y Maipú (dos, apuntando en distintas direcciones); Chacabuco e Illia, y bulevar Guzmán y Sarmiento (otras dos). En la semana previa al aislamiento obligatorio del 9 de marzo, cruzaron por estos puntos 784.116 automovilistas. En la primera semana de restricciones, bajó a 503.854 autos. Con la cuarentena obligatoria, durante la semana medida desde el 23 de marzo, el tránsito descendió a 181.667 automóviles. Con excepciones a la circulación, la semana posterior fueron 233.426 los autos registrados por las cámaras y, con datos incompletos, los que cruzaron la semana pasada fueron 188.173, sin cargar aún tres días, que llevarían el número en alza. El 3 de abril, cuando los jubilados salieron a cobrar sus haberes, se incrementó un 52 por ciento la cantidad de vehículos en las calles, en relación con el día anterior.
Pero no son sólo los autos: evitar que se amontonen pasajeros en los colectivos es una prioridad sanitaria. A juicio de la Provincia, se corre serio riesgo ahí y entienden que desde hace ya varios días se relajó mucho el control.
En los ómnibus deben ir todas las personas sentadas y, en lo posible, asiento de por medio. Se les exige documento y certificado para moverse.
“Somos conscientes de que en los colectivos no van las personas con mayor poder adquisitivo. Van los pobres, y tampoco podemos andar deteniendo así como así. Se les invita a bajar y a volverse a su casa”, comentó un jefe policial a La Voz.
“Muchos van a trabajar en changas o a buscar la Asignación Universal por Hijo, o bien porque realmente tienen que trabajar. Pero hay muchas personas que, por no aguantar más el encierro, salen. Y eso no puede ser”, añadió el efectivo. “Somos conscientes de lo que pasa. Estamos en contacto permanente con aquel que está saliendo desesperadamente a buscar dinero por derecha, a trabajar; y con aquel que, por otro lado, sale a pavear porque quiere. Tenemos que actuar con sentido común”.
El jefe policial indicó que por día, promedio, detienen a 200 personas en Capital. Y que, en promedio, se incautan 20 vehículos, entre motos y autos. Hay casi 11 mil demorados, desde que se iniciaron los controles (no son detenidos). Y en Jefatura de Policía deslizan que si los controles fueran más rígidos, se detendría a mucha más gente.
Pero esta no es la idea. Lo dice así Mosquera: “No estamos en un dispositivo de seguridad, sino sanitario. La Policía no persigue gente que no cumple la cuarentena, estamos para ayudar a cumplir una norma sanitaria, incluso en protección de quienes no cumplen el aislamiento”.
A juicio del ministro provincial, hay incumplimientos por una conjunción de factores: la expectativa que se generó de flexibilización del aislamiento, los nuevos permisos que sacaron más gente a la calle y “la irresponsabilidad de quienes están fatigados a tres semanas de cuarentena y salen, a menudo abusando de las causas más laxas permitidas por el decreto de necesidad y urgencia (DNU), como la asistencia a un adulto mayor a cargo”.
“No obstante, lo que advertimos es que subsiste un alto nivel de cumplimiento. Más aún en el interior provincial. Y esto se debe, en gran medida, a que las mujeres se convirtieron en un agente sanitario que cuida a los suyos. Es un dato: apenas el 12 por ciento de los detenidos por incumplir la cuarentena son mujeres”, interpretó Mosquera.
Para consultas
0800-122-1444
Centro de atención por pandemia de coronavirus del Ministerio de Salud de Córdoba.
Para denuncias
0800-888-0054
Teléfonos para denunciar violación de cuarentena e infracciones vinculadas al aislamiento obligatorio.
San Vicente. En las avenidas principales del barrio se vio mucho movimiento ayer. (Pedro Castillo)
La nota que nunca quisiera escribir. Estoy devastada. Durante años compartimos escritorio, mesas de radio y algún que otro programa de televisión. Mario generaba buen clima, mantenía la batuta y hacía que cada uno diera lo mejor de sí. Una gran persona. Con él se podía contar siempre.
Su mirada aparentemente despistada envolvía una sagaz observación de todo lo que pasaba y de los protagonistas de lo que pasaba. Matizaba con humor cada situación. Se atropellan en mis recuerdos escenas desopilantes. Van sólo dos anécdotas a modo de muestra.
Estábamos en la redacción de Página en la calle Belgrano. Mario atiende el teléfono fijo y era su mamá, poseedora de esa tragedia judía agudizada con los años.
–Marito te llamo porque me voy a suicidar, no da para más.
–Mamá, ¿tenés algún problema de papeles? Yo soy tu hijo abogado sino llamá a mi hermana que es tu hija psiquiatra.
Otro día contaba que estaba escuchando a Victor Hugo en la radio y empieza a comentar uno de sus artículos en el diario. La grandilocuencia de VH para describir sus dotes de periodista lo apabulló:
–Me miré al espejo y pensé: ‘¡¿Qué me pongo?! No sabía cómo hacer para estar a la altura de semejante halago.
Le decía “Hola Doc” cada vez que hablábamos. Era una forma de rescatar su otra profesión, el abogado que siempre lo acompañaba para analizar los temas de Justicia y derechos humanos con una minuciosidad impecable.
Disfrutaba en el trabajo y lo hacía sentir. Le gustaba hablar con todos y todas, En una Argentina menos polarizaba los años que estuvo a cargo de Política en Página hablaba y hablaba con dirigientes de todo pelaje. Apreciaba a muchos, era contemplativo pero sabía marcar con maestría desvíos y renuncios.
Guardo la imagen de su diálogo con Laura Vales, la compañera que había cubierto la represión en puente Pueyrredón. El asesinato de Kosteki y Santillán que ella describió y él corroboró en una cobertura inolvidable.
Lo vamos a extrañar. Siempre nos va a acompañar su agudeza, su calidad humana y su ternura.
Hace muy poco nos juntamos para charlar sobre un programa de entrevistas que habían pensado junto a Melisa Molina para sumar a la web del diario. Discutimos contenidos, escenarios, nombres de posibles entrevistados y hasta barajamos posibles títulos para el programa. Finalmente elegimos Después del cierre y con ese nombre se inició el ciclo que inauguró Jorge Taiana y continuó Paco Olveira, y que puede verse en el portal del diario.
Pasamos esa mañana entre risas, recuerdos y anécdotas compartidas durante tantos años de trabajo en común. Yo lo chicaneaba con que había llegado tarde al kirchnerismo y él me respondía que lo mío era peor, porque había llegado tarde al peronismo: “Ustedes, los troskos, están más lejos de lo nacional y popular que China de Estados Unidos”, me decía mientras me acariciaba la mejilla con aire paternal.
Cuando leí su libro Kirchner, el tipo que supo, lo llamé para decirle que me había ayudado mucho para recordar situaciones vividas con Néstor y para ordenar mis ideas sobre ese periodo tan intenso que juntos disfrutamos desde el diario.
Esa conversación fue un domingo en que nuestro querido River, pasión que compartíamos con Mario, jugaba un partido importante, así que nos prometimos que si la banda roja ganaba, repetiríamos la charla como cábala ante cada encuentro trascendente.
Pero River perdió y al otro día convinimos que nunca más nos llamaríamos en día de partido.
Ayer, mientras pensábamos junto a Ernesto Tiffenberg con qué título iríamos hoy a la tapa, ambos recordamos la vida y la obra, y en eso estábamos cuando Ernesto disparó: “Ya lo tengo, pongamos Mario, el tipo que supo”. Creo que Ernesto acertó para siempre.